martes, 12 de agosto de 2008

Diez títulos y diez deseos


El País Semanal sacaba este fin de semana un reportaje de Cristóbal en el que cien escritores escogían los diez libros que les cambiaron la vida. La hermanastra fea ha hecho lo propio y ahora soy yo la que se anima a esbozar una pequeña lista (el orden que sigo es el de lectura):
1. Los cinco. A los 8, 9, 10 años, yo era un ratoncito de biblioteca. Devoraba libros sin parar. Pero quizá sin Enid Blyton me hubiese sentido algo perdida, porque lo cierto es que esta mujer tenía libros para dar y tomar. Los cinco, Aventura... y sin dejar al margen Las mellizas O'Sullivan y Torres de Malory. Fue entonces cuando decidí que yo de mayor quería ser escritora.
2. El señor de los anillos. La fantasía me descubrió un mundo maravilloso, un lugar para evadirse y en el que todo podía ser verdad. También quise ser elfo.
3. Agnes Cecilia. María Gripe es una de las autoras a las que tengo más cariño. El primer libro que leí fue Los hijos del vidriero, siguieron Los escarabajos vuelan al atardecer, la trilogía de Las sombras, pero, entre todos, me quedo con Agnes Cecilia. Había fantasía, sí, pero sobre todo un halo mágico que impregnaba la cotidianidad. Durante años soñé con encontrar en el altillo de algún armario recuerdos de vidas pasadas o que un total desconocido me regalase una extrañamene expresiva muñeca de porcelana.
4. El diario de Ana Frank. Los nazis y los judíos eran cosas de los libros de historia. Pero conocer de primera mano el testimonio de una de las vícitmas del Holocausto, adolescente como yo entonces, era algo totalmente nuevo. Esta vez no quise ser judía ni vivir en un zulo, pero me di cuenta de lo interesante que eran las historias reales.
5. Crimen y castigo. Raskolnikov me atrapó como hacía tiempo que ningún libro conseguía. Deseaba llegar a casa para seguir leyendo y descubrir el desenlace de la historia de este hombre, que se creyó Dios y se dio cuenta de que no era más que un pobre ser humano. Descubrí a los rusos y sentí pasión por ellos.
6. Drácula. Sí, también quise ser vampira. ¿Que había en el mundo más seductor que esas criaturas de la noche, inmortales, casi etéreas que cruzaban océanos de tiempo para encontrar a su legendario amor? Confundo libro y película, porque la maravilla de Coppola me dejó también una profunda huella.
7. Nada. Recién aterrizada a la Universidad, llegó a mis manos este libro de Carmen Laforet. No podía haber llegado en mejor momento. Me sentí identificada en muchas cosas con Andrea, la protagonista.
8. A sangre fría. El periodismo también podía hacer buenas novelas. ¡Qué descubrimiento más halagüeño para una estudiante de periodismo! Comprendí al asesino, devoré las páginas y busqué entre los periódicos la noticia que querría llevar a novela. Sigo buscando.
9. Seda. A Baricco lo le odian o le adoran. Yo estoy entre estos últimos. La magia del lenguaje, la belleza de lo más simple y el buen sabor de boca que deja este libro o Novecento me animaron una vez más a buscar leyendas donde solo existe codianidad.
10. Carta de una desconocida. ¿Como puede un hombre de los años veinte contar historias tan alejadas de mi vida y a la vez hacerme sentir identificada con sus protagonistas? Tras leerlo no tengo más remedio que decir que quise ser Stefan Zweig.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante lista :) Comparto -y MUUUUUCHO- 'Nada' de Laforet...es un libro para mí :)))

Carmen Álvarez dijo...

pues nada sylvia...ya sabes...haz tu propia lista....saludos!!!!!!

Elena dijo...

¡Qué tarea tan difícil! Coincido contigo en algunos de los títulos, como El diario de Ana Frank, A sangre fría, o Carta a una desconocida. Pero yo añadiría otros como La historia interminable, Ana Karenina o San Manuel Bueno Mártir. Es complicado escoger sólo diez títulos de tantos que nos han influido en nuestra vida.

Un saludo

Carmen Álvarez dijo...

es muy complicado, sí. Me dejo muchos que me encantaron, pero cada uno de ellos tiene algo especial y, sobre todo, fue leído en un momento especial...Es difícil, pero deberías animarte elena...