domingo, 30 de marzo de 2008

Paseando entre esculturas

¡Ssssshhhh! No se lo digais a Camille. No me lo perdonaría. Aún así le he reservado un post. Y es que se lo merece. Hablo del Museo Rodin. Un rincón que no se debe olvidar a la hora de viajar a París. El Museo D'Orsay y el Louvre reclaman mucho más tiempo. El del escultor que hizo enloquecer a Camille es poco más de un paseo entre joyas escultóricas. Fuera, un jardín salpicado con algunas de sus obras más conocidas. De 'El pensador' a 'Los burgueses de Calais' o 'Balzac'. Dentro, en una palacete barroco que perteneció al artista,'El beso' o 'La catedral', además de las piezas de su más que aventajada alumna Camille Claudel (que hace unos meses tuvimos la suerte de tener en Madrid y que, por eso, estos días no estaban en París). Se pueden ver los bocetos, como se pasaba del yeso al mármol, del mármol al bronce y cada vez en piezas más grandes. También hay explicaciones sobre cómo era la creación. Y miles de obras memorables. No se lo digais a Camille, no me lo perdonaría después de lo que sufrió por Rodin, pero definitivamente es una parada obligada.

Je t'aime

Lo bueno de trabajar los festivos es que creas tus puentes cuando quieres y, en lugar de ir de viaje al mismo tiempo que millones de españoles, puedes esperar un poco, ahorrarte algo de dinero y, con suerte, también algunos kilómetros de cola. Este fin de semana me he ido a París. He comido crepes, quiches, foundues y raclette. Vamos, que me he puesto morada de queso. He jugado a ser Amelie en el Sacre Coeur. He paseado por las cuestas de Montmartre. He dormido en una habitación abuhardillada de cuento. He desayunado croissant. Me he hecho un millón de fotos bajo la Torre Eiffel. Me lo he pasado genial.

domingo, 23 de marzo de 2008

El espía que me achuchó

Tengo debilidad por los espías. Sí, incluso por el superagente 86. Pero sobre todo por el rey del glamour del MI6, el mujeriego y cínico de James (después de más de veinte películas... hay confianza, ¿no?). Las primeras imágenes de la próxima cinta ya han salido a la luz, pero por lo que estoy impaciente es por escuchar su banda sonora. Y es que no hay película del 007 que se precie que no tenga chica Bond interpretando su canción principal. Sólo hay que recordar 'Goldfinger', de Shirley Bassey, o 'Diamonds are forever' de la misma cantante. 'Goldenye', con Tina Turner, 'Tomorrow never dies', con Sheryl Crow, o a Shirley Mason (Garbage) cantando 'The world is not enough'. Esta vez parece que la va a tocar, sólo si es una niña buena y cumple la rehabilitación, a Amy Winehouse, una voz con personalidad que puede crear otro gran hit para el agente con licencia para matar.
A todo esto, el otro día pensaba que hay una serie de temas que, sin tener nada que ver, para mí -y ya sea de manera objetiva o subjetiva- me recuerdan terriblemente a los soniquetes del 007. Si yo fuese la responsable, seguro que les daría una película.
1. 'Motherless child'. Tom Jones y Portishead.

2. 'Nobody loves me'. De nuevo, Portishead.

3. 'Dead for you'- Nawjajean.

viernes, 21 de marzo de 2008

Los zapatos, en el cielo

Big fish
Al llegar a Spectre, el hiperperfecto pueblo de 'Big fish', Ed Bloom se sorprendió por las decenas de zapatos que colgaban de unos postes a su entrada. Sus habitantes no necesitaban calzado y se liberaban de él como si fuese el fardo de una vida pasada asfixiante. Ahora, por lo visto, esto es una moda practicada en medio mundo y que ya ha llegado también a Madrid. Se llama shoefiti y está rodeado de leyendas urbanas. Para algunos marca puntos de venta de droga, para otros es el anuncio de boda, una forma de ahuyentar espíritus o yo que se qué. Tonterías. Son homenajes a Tim Burton.

jueves, 20 de marzo de 2008

El poder de la ficción

Fotograma de Deseo, peligro
A la actriz china Tang Wei, protagonista de 'Deseo, peligro' (Ang Lee), la han vetado en su propio país. Unos dicen que por la carga sexual de la película (y eso que a ellos ya le ha llegado censurada). Otros que por interpretar a una pro-japonesa durante la Segunda Guerra Mundial. Lo primero no tiene nombre. Lo segundo roza lo absurdo. ¿Acaso el personaje suplanta a la persona?, ¿acaso el actor tiene que comulgar con su papel y compartir creencias y pensamientos? Si así fuese Gary Oldman sería un asesino, Demi Moore una stripper o Ralph Fiennes un nazi. Absurdo.
A cuento de esto, el otro día, cuando me enteré de la noticia, intenté investigar un poco y recordar otros casos similares. Tiene que haberlos habido. Sin embargo, y después de consultar a varios expertos en cine, nadie supo darme otro ejemplo. Ya me pica la curiosidad, así que si a alguien se le ocurre alguno...

miércoles, 19 de marzo de 2008

Préstamos imposibles

Venus, de Tiziano
Dice el director de la galerías de los Uffizi que ellos no prestan las obras de su exposición para no defraudar a sus visitantes. Que no consideran justo que una persona que viaja a Florencia y entra en esta pinacoteca buscando 'El nacimiento de Venus' de Botticelli o la 'Venus' de Tiziano se pueda ir de vacío. Tiene lógica. Es una pena porque nunca podrás ver en tu ciudad ninguno de estos cuadros pero, al mismo tiempo, da mucha rabia cuando vas a la National Gallery o el Louvre, quieres ver una obra en concreto y te encuentras que la han cedido temporalmente. Es lo mismo que si vas a Milán y la catedral está de obras con un panel que cubre la fachada. Además de impedirte la foto de rigor, te entra la duda de cuando tendrás otra oportunidad de estar delante de esa obra de arte.
De cualquier manera, en Madrid tenemos suerte. La galería de los Uffizi ha prestado al Caixaforum una parte de sus fondos que no suelen estar a la vista. No está la Venus, pero sí Botticelli.

sábado, 15 de marzo de 2008

Misterio resuelto

Saint Exupery, frente a su avión
Ese que les mira, con esa cara un poco arratonada y esas manos en los bolsillos, es Antoine de Saint Exupéry, el padre de 'El Principito' y uno de los autores más misteriosos del siglo XX. Y cuando digo misterioso me refiero a los detalles de su muerte. El 31 de julio de 1944 se subió en su avión en Córcega para hacer unas tareas de reconocimiento. No regresó. Años más tarde -64, para ser exactos- un pescador encontró cerca de la costa de Marsella un brazalete que le pertenecía y, en 2004, se hallaron los restos de su avioneta. Ahora, un alemán ha resuelto las últimas incógnitas al asegurar que fue él quien disparó al avión del escritor y, por tanto, el responsable de su muerte. "Fue después de la Segunda Guerra Mundial cuando supe que era Saint-Exupéry. Yo esperaba que no fuera él, porque en nuestra juventud todos habíamos leído sus libros y los adorábamos", ha asegurado. Aunque... podía haberlo dicho antes, ¿no?

viernes, 14 de marzo de 2008

La conjura de los dioses


La naturaleza siempre se cobra su parte. Impresionante fotografía de EFE y aún más impresionante vídeo.

lunes, 3 de marzo de 2008

¿Respeto al arte o al artista?

En su lecho de muerte -un lugar donde no está muy claro si se habla con la sabiduría que otorga ver las orejas al lobo o con el miedo al inminente viaje, Vladimir Nabokov fue claro con respecto a 'Laura', la obra que estaba preparando. ¡Quémala!, le dijo a su mujer. Sin embargo, ya se sabe. Papeleos, lo haré mañana y, al encender el mechero, la gran duda: ¿estaré haciendo lo correcto?, ¿estaré reduciendo a cenizas una obra fundamental de la literatura? Mes a mes, año a año, la casa sin barrer y ahora su hijo se enfrenta a la misma disyuntiva. Tampoco sabe por donde va a salir. Y es que no es una decisión fácil: ¿hacer caso al creador o eludir su encargo por la literatura en mayúscula? Yo soy de las que se inclinan por esta última. Perdón por ser tan cruda, pero si ya está muerto... ¿qué más le da que le leamos? No es tiempo para el orgullo. Y además hay mucho más que ganar que que perder. Ahí lo dejo, pero se aceptan opiniones.
La noticia, en ADN.es (¿dónde si no?)

HdH10: Marga Gil Roësset

Hace un par de meses hice una breve reseña de Historias de la Historia sobre la increíble escultora Camille Claudel. Hoy, y gracias a esta inestable profesión (unas veces tan preciosa y otras tan desagradecida), ha llegado a mis oídos la historia de Marga Gil Roësset, una mujer con más de una semejanza con la francesa. También escultora de talento y víctima del amor más irracional, Gil Roësset (1908-1932) fue una niña enfermiza pero con una insospechada fuerza artística. Comenzó con el dibujo y siguió con la escultura. Sorprendió a la crítica. Y es que no era habitual que una chica de veinte años dominase la técnica de esa forma, innovase y conmoviese con sus piezas como ella lo conseguía. Sin embargo, en la trayectoria de Marga se cruzó la figura de Juan Ramón Jiménez. La joven conoció al poeta y Premio Nobel cuando él ya sobrepasaba los cincuenta y fue, mientras realizaba unos bustos de él y su mujer Zenobia, cuando perdió la cabeza totalmente por él. Algunos piensan que él ingenuamente alentó el amor de la joven. Otros que simplemente fue la fuerza del primer amor -y la impotencia al no verse correspondida- quien impulsó a Gil Roësset a coger la pistola y pegarse un tiro en la cabeza. Antes, tuvo tiempo para destrozar buena parte de sus obras, lo que ha impedido que su genio llegue a nuestros días como debiera y que se le recuerde por algo mas que por ser la escutora de 24 años que se suicidó por Juan Ramón Jiménez.
Más en ADN.es y web sobre la artista.

domingo, 2 de marzo de 2008

Un vienés en Petrópolis

Hace unos meses, y gracias al blog Perdida entre libros, descubrí a Stefan Zweig. Elena recomendaba 'Carta de una desconocida', un breve relato sobre una mujer que, antes de morir, decide confesarle su amor al hombre que siempre que ha presidido sus pensamientos (y sentimientos) y en el que, sin embargo, nunca ha conseguido dejar la más ligera huella. Hipnótico y desgarrador, me encantó. Así que decidí seguirle la pista a este vienés que tomó la determinación de suicidarse en Petrópolis ante el temor a que Hitler dominase el mundo. Por recomendación de Eva, ahora me he metido de lleno con 'La embriaguez de la metamorfosis', su novela póstuma y en la que también hace protagonista a una mujer. Esta vez, Zweig nos presenta a una hija de la Primera Guerra Mundial, una chica de 26 años que, privadas todas las ilusiones y dinero, se ve deslumbrada por la riqueza. Es genial cómo consigue meternos en los ambientes más sórdidos y conmovernos con las personas más desgraciadas. Por eso, y porque tras el éxito de su vida ha caído un poco en el olvido, me parece que es hora de volver a prestar atención a este autor. Yo, por mi parte, ya tengo otros títulos para seguir descubriéndolo. Desde 'Tres maestros: Balzac, Dickens, Dostoievski' a 'Novela de ajedrez'.
Más información en Acantilado y stefanzweig.eu.