domingo, 18 de enero de 2009

Sin alma, con vida


Debían dar miedo. Hoy ya estamos acostumbrados a los robots. Pero hace dos, tres o diez siglos debía sorprender tanto como en su día lo hizo el cine (pobre y sin embargo hiperreal para los que nunca habían visto imágenes en movimiento). Tampoco eran accesibles para todos. Al revés, eran los juguetitos de los más ricos, que los lucían en todo tipo de reuniones como quien presume de la habilidad de un hijo tocando un instrumento musical o de la última monería de su mascota. Los autómatas vienen de lejos. Hay referencias de estas maquinarias incluso en el 1500 a.C., cuando construyeron una estatua del rey de Etiopía que emitía sonidos cuando le daba la luz de sol. En el siglo XVIII y XIX, antes de la proliferación de las máquinas, fue cuando alcanzaron su esplendor. De entonces son algunos de los protagonistas del vídeo de arriba. Pequeños seres que eran capaces de escribir, dibujar o tocar un instrumento. También hubo quien consiguió crear un pato capaz de digerir comida. Y hoy, cuando casi se ha alcanzado la perfección para crear cualquier tipo de vida artifical, algunos miran a las técnicas del pasado. Fracois Junod es uno de ellos. Quizá se podría decir algo parecido de Theo Jansen.
Si quereis más información, pinchad aquí.

2 comentarios:

Carmen dijo...

He llegado a ti a través de google (cómo no!) poniendo "Mujeres de armas tomar" y me ha gustado tu lugar, Carmen tocaya.
me pasaré a leerte y saludarte de vez en cuando y leeré atentamente sobre la pinacoteca de Munich (viví allí cerquita durante más de un año).
Casualidades! Soy traductora y cuentacuentos y estoy preparando una contada sobre "mujeres de armas tomar" :-)
Saludos
Carmen

Carmen Álvarez dijo...

pues serás bien recibida! un saludo!