domingo, 11 de noviembre de 2007

HdH 3: Camille Claudel

La edad madura
Víctima de su talento o de su maestro y amante, Camille Claudel tiene una de esas vidas fascinantes de tan desgraciadas que son. Podría ser la heroína de una leyenda romántica, una artista de tremendo talento condenada a pasar los últimos treinta años de vida internada en un psiquiátrico pese a estar totalmente lúcida. Camille Claudel acabó siendo rechazada por todos y acusada de manía persecutoria, pero nada podía presagiar tan triste final cuando era una jovencita escultora que acababa de ser admitida en el taller del genio del momento, Auguste Rodin. Se convirtieron en amantes, en ocasionales colaboradores y en tremendos rivales. Se influyeron el uno al otro y se dice que Rodin, por temor a ser desbancado, no le permitió lucir en el París del momento. Ella también llegó a obsesionarse con la idea y la relación acabó convirtiéndose en odio, entre otras cosas, porque Rodin se negaba a abandonar a su compañera. Claudel se internó en su estudio y cayó en una crisis depresiva que le hacía destrozar todas sus creaciones. Fue la excusa para su madre, que siempre había estado escandalizada por la vida de Camille, y aprovechó para ingresarla en un psiquiátrico sin derecho tan siquiera a recibir visitas. Murió treinta años después, todavía recluida en esa "cárcel llena de locas" y perfectamente cuerda.
Más en la Fundación Mapfre y reportaje en El Mundo.

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