Los hay que tienen mucho morro y el negocio de la propiedad intelectual parece un caldo de cultivo más que propicio para desarrollarlo. SGAE aparte, mi última indignación ha sido con la Fundación Warhol y su instrumento para no dejar de exprimir la gallina de los huevos de oro que supone el legado del padre del pop art. Me refiero a Corbis, la empresa de archivo digital de Bill Gates que tiene el privilegio de hacer esta 'recaudación'. Hasta ahí bien, pero es que resulta que los medios de comunicación no podemos reproducir obras del creador de las famosas series de sopas Campbells. Vamos, no podemos sin previo desembolso. Hay que pagar no sé cuanto (depende de la tirada del medio y mil cosas más), enseñarles la página o cómo va a quedar, está prohibido hacer cualquier tipo de recorte... y otros requisitos. Claro, como si subiesen las ventas o las visitas cada vez que se saca algo de Warhol. Eso son huevos. De oro. La intención del artista era que su propiedad intelectual sirviese para fomentar las artes visuales. Pero todavía no tengo claro qué es lo que hace Gates para fomentarlo.
Más sobre los huevos de oro de la Fundación Warhol.
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