sábado, 8 de septiembre de 2007

Culebrón McCann


Pelo rubio y unos tremendos ojazos azules. Así conocimos todos a la pequeña Madeleine. Secuestrada mientras dormía en la misma habitación de su hotel. Era mayo, en El Algarve. ¿Cómo pudieron entrar y llevársela?, fue la pregunta que nos hicimos todos.
El culebrón McCann no ha parado de sorprendernos todo el verano. Que si un batido en Holanda, que si unos listillos con ganas de rescate en Sotogrande... Ahora parece que son los padres los sospechosos. Algo de unos somníferos. Una cena con los amigos. Mucho vino. Y una "buena idea": fingir un secuestro, ganar tiempo para esconder la prueba de una sobredosis.
Ante historias así (y a la espera de la resolución final) uno se queda sin palabras.

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