La verdad es que es normal que nos tiente el poder. Parece todo tan fácil cuándo se tiene la sartén por el mango... Hasta las más grandes decisiones aparentan ser casuales, despreocupadas... un pasaba por aquí. Y sin ningún tipo de limitación.
El ministro de Cultura quiere dar un 'empujoncito' a la danza clásica. Así lo ha dicho. Y la iniciativa parece de lo más sencilla. Pues nada, el otro día, en el homenaje a Plisetskaia se encontró con Tamara Rojo y hablando y hablando... pues se le ocurrió la idea de que ella pudiese ser la artífice de la compañía nacional de ballet clásico. A mí me parece de maravilla y espero que salga para adelante. Lo que no entiendo es cómo siendo tan fácil no se le había ocurrido a nadie hasta ahora.
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